Disputas sobre imágenes religiosas XIX
- Nayeli Guadalupe Torres Beltrán
- 27 nov 2016
- 3 Min. de lectura

Las imágenes religiosas fueron, son y siempre serán importantes en el culto católico. Aunque a lo largo de la historia surgieron debates en torno a ellas, como los iconoclastas en el siglo IV, la Reforma Protestante, el Jansenismo y las Reformas Borbónicas, sin duda son símbolos de fe, auxilio, protección, curación, evangelización, insignias y disputas, no solo dentro y fuera de la Iglesia, sino también disputas familiares, vecinales y locales.
En el siglo XIX en el año de 1848 en Lagos de Moreno Jalisco surgió una disputa local, una demanda que puso el licenciado Apolonio Morales sobre la propiedad del “Santo Niño de Atocha”. La demanda era la señora Gregoria Aldana, quien tenía en poder dicha imagen y era venerada en los suburbios de esta ciudad. Se acusa que la señora Gregoria hacía mal uso de la imagen en torno a las limosnas, así que la imagen fue retirada de los suburbios y de sus fieles. La imagen fue entregada a Remigio Cabrero, señor cura párroco de esta ciudad, con el propósito de que la imagen se colocara en una iglesia y que su culto estuviera legalmente servido, para que los fieles continuar con su devoción y prácticas de dicha imagen. (AHPA.SXIX-GOB-CORR-CRP-C.E-E-CH-1848/09/01)
Otro caso sobre querellas de alguna imagen fue en el año 1838, una imagen de crucificada de bulto con la denominación del Señor de las Lágrimas, que fue donada al Santuario del Refugio. Dicha imagen era utilizada en las procesiones de Semana Santa y todas las procesiones de cuaresma, posiblemente los propietarios de dicha imagen pertenecían alguna cofradía. No tenemos más datos de dicha devoción, pero sí del conflicto que causó la imagen. María Rosas viuda de Francisco Araujo donó la imagen al Santuario por motivos de conflictos familiares, ya que los familiares de su esposo pretendían quitarle dicha imagen, por ello decidió donarla al Santuario del Refugio para que siguieran con su devoción y deseando el mayor culto a la imagen.
Ya sea por conflictos locales, vecinales o familiares las imágenes seguían siendo importantes en el siglo XIX, estos tipos de conflictos están llenos los archivos parroquiales, no son casos aislados, y casi siempre los que salían ganando entorno a estos conflictos era las iglesias locales, que por diversos motivos se apropiaron de exquisitas imágenes y que actualmente se encuentran en muchas iglesias de esta localidad.
Paleografía del documento:
"En la ciudad de Lagos a mes de febrero de mil ochocientos treinta y ocho. Yo María Rosas de Luna de esta vecindad viuda de Francisco Araujo, digo que siendo de mi propiedad una imagen crucificada de bulto con la denominación del Señor de las Lágrimas a quien por muchos años en las procesiones de la cuaresma salió en peso de su crucifixión y como a la presente me hallo demasiado escasa para seguir con esta devoción y deseando el mayor culto a dicha soberana imagen he deliberado cederla, donarla y pararla al santuario que se está construyendo a las orillas de este suelo de Nuestra Santísima del Refugio para que el actual encargado del Fray José María Reyes donado del colegio de Nuestra Señora de Guadalupe Zacatecas, a los que sucedan cuiden de sus cultos y que ni yo, ni sus herederos y sucesores podrán quitar de aquel santuario so pretexto de derecho que tengan u otro motivo alguno pues legítimamente adquirida por habérmela dejado el finado Antonio Araujo, padre de mi esposo Francisco del mismo apelativo a más de 30 años en conciencia y conocimiento de todos sus interesados y con el objeto de que le diera el mejor culto y veneración como así lo he hecho hasta la presente, gastar de consideraciones hasta que pueda en obsequios de dicho culto, y para el resguardo del expresado santuario doy la presente en esta dicha ciudad de Lagos fecho. Es supra que no firmase por no saber lo hizo a mi ruego uno de los amigos Fernando Arrieta, Rafael de Fonseca y Brígido Barbosa presentes y vecinos". (AHPA-S.XIX-GOB-CORR-CRP-C-E-E-CH.1838/O1/01)
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