Un pequeño recorrido por la evolución de la Inmaculada Concepción
- Nayeli Gudalupe Torres Beltrán
- 17 feb 2018
- 5 Min. de lectura
“Una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas”. Apocalipsis de San Juan
“Tota pulchra es amica mea, et macula non est in te” en el Cantar de los Cantares.
Existe en San Juan de los Lagos Jalisco, un santuario en donde se venera una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción. Está imagen esta engalanada con vestidos e indumentaria de ricas telas blancas, azules y bordado con hilos de oro. La virgen tiene una larga cabellera de seda, en la cual lleva ornamentos de finos hilos de perlas naturales y algunas ricas gemas, además de una hermosa media luna tallada en oro y adornada con piedras preciosas. No olvidemos mencionar la corona imperial de la virgen, que refleja el nostálgico pasado monárquico y religioso español. En el aire, dos dorados ángeles que colocan sobre la imagen una cinta con la inscripción latina: Mater Inmaculata Ora Pro Nobis. Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, tiene las manos juntas y la cabeza ligeramente inclinada en actitud de oración, observando con sus ojos almendrados a sus hijos, sus peregrinos, sus fieles que vienen a visitarla para pedir favores, a darle gracias o cumplir sus mandas. Ella los cuida y los bendice desde la parte alta de su altar. Más que una imagen religiosa o una escultura es la guardiana de la región de los Altos de Jalisco, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato desde el siglo dieciséis hasta nuestros días.
El presente apunte será un recuento de la evolución del arte cristiano, en nuestro caso particular, la figura de la Virgen de la Inmaculada Concepción utilizada por la Iglesia en la conquista espiritual en tierras americanas. Pero la pregunta a contestar es ¿Qué elementos o símbolos tiene la inmaculada concepción? Para entender el largo procedimiento debemos explicar el origen y la evolución de dicha imagen.
La virgen de la Inmaculada concepción es una alusión a una mujer sin pecado original y sin mancilla, que fue concebida de una manera sobre natural, con ello la justificación de dichas imágenes para dar entender este mensaje. La primera representación de la inmaculada se originó de una manera descriptiva y genealógica. Una de esas famosas y populares representaciones fue el árbol de Jesé. Ésta representación apareció en las biblias ilustrada de los siglos XI - XIII, de la época medieval, inspirado en las palabras de Isaías, representando toda la descendencia sagrada. La vara, tallo o raíz del árbol es la representación de María, en forma de flor o la misma virgen que se encuentra sosteniendo al niño Jesús.
En los siglos XIV-XVI, la imagen que justifica a la virgen sin pecado original, es la parentela de María. Esta imagen sería representada como un retrato familiar y simbolizaba a María, su madre Santa Ana, el niño Jesús entre ellas, el Espíritu Santo y los dos Santos varones, José y Joaquín. La evolución sobre la parentela de María agregaría más personajes bíblicos al capricho de los pintores y escultores que jugaban con los mensajes litúrgicos, teológicos y apócrifos dentro de las obras de arte cristiano, poniendo en duda a la devoción de la Inmaculada Concepción, por sus múltiples representaciones y causando debates teológicos.
Otra de las imágenes representadas entre los siglos XV-XVI es la de Santa Ana Triple, en esta imagen ya sea pintura o escultura, se trataba de glorificar a la Madre de María, Santa Ana. Como su nombre lo dice, representa la triplicidad: Santa Ana personificada como una mujer anciana, la virgen María y el niño Jesús. Posteriormente la virgen María sería representada como la virgen Niña, resaltando sus privilegios y virtudes que se resumen en su condición de Inmaculada. Una de estas representaciones se le ve a la virgen niña leyendo o bordando, sentada en el regazo de su madre. En el arte medieval utilizarían otros recursos para dar forma a sus creencias y fe, pero serían una mezcla entre lo sagrado y lo fabuloso, mezclando monstruos y prodigios. Uno de estos claros ejemplos más representativos, sería la caza del unicornio. Posteriormente los personajes históricos, los santos y las fabulas o animales fantásticos se retirarían y la virgen sería representada sola.
La virgen Tota Pulchra, es representada de una forma aislada, pero rodeada de emblemas, alegorías e inscripciones que nuevamente desataría una polémica en cuestiones teológicas, que serían debatidas junto a la imagen de la Inmaculada Concepción en el Concilio de Trento. Esta imagen también fue venerada en el XVI en Europa y sus representaciones se basaron en textos propiamente canónicos del Antiguo Testamento. Los símbolos de la Virgen Tota Pulchra son: el sol, la luna, una puerta cerrada, un pozo, el jardín cerrado, una estrella, un lirio, una escalera al cielo, un olivo, una torre, un espejo, una fuente, una ciudad, una palmera, flores, templo de Dios, entre otros símbolos, que se tomaron principalmente del Cantar de los Cantares. La tota Pulchra es difícil de entender toda su simbología, incluso en nuestros días, que ya no estamos tan inmerso en los atributos o emblemas cristianos de los santos y vírgenes, pero en aquella época la satisfacción de esta representación la tenían los teólogos y no el pueblo.
La imagen definitiva de la Inmaculada Concepción llegaría al Nuevo Mundo con los elementos que ya se le conocen como: el sol, los ángeles y la media luna, pero sería hasta el siglo XIX, en el año de 1854, con el papa Pio IX , el que le puso fin a las división dogmática que toda la Iglesia sufría, principalmente entre dos órdenes de la escuela franciscana y la escuela dominica, que se venía dando desde los siglos XVII – XVIII, para imponer su versión de dicha virgen. Nuestra Señora de la Inmaculada ya en éstos siglos, constituye el centro de toda ésta conmoción, los fieles populares y pintores salen en su defensa, así que las réplicas o interpretaciones de la imagen se multiplican, ya sin los emblemas de las letanías, ahora se presentaba como una mujer celeste, ideal, pura y viviente de toda Santísima Trinidad, rodeada de ángeles, nubes y luz.
Para identificar plenamente a la virgen de la Inmaculada Concepción, debemos tomar estos elementos en ella: túnica blanca, manto azul resplandeciente, rodeada de 12 estrellas, la luna en cuarto menguante o media luna hacia arriba, los ángeles en torno a la virgen maría, perlas en su cabello o ropaje y en algunas ocasiones se encuentra otro elemento como el dragón o la serpiente bajo los pies de la virgen, en señal del triunfo sobre el pecado original. La España católica se adueñaría del tema y la imagen, la cual llevó con gran fervor al Nuevo Mundo en las misiones evangelizadoras, principalmente con los franciscanos, ellos, nos heredarían la devoción de la Inmaculada y que conmemoramos cada ocho de diciembre.

Ver Imágenes:
Árbol de Jesé
http://www.esascosas.com/wp-content/uploads/2014/10/arbol-j1.jpg
El parentesco de María
https://escuelagenovesa.files.wordpress.com/2012/07/parentelademedina1.jpg
Santa Ana Triple
https://www.flickr.com/photos/anaalas/3552002225
Virgen Niña
https://cronicasdeperaleda.files.wordpress.com/2016/04/virgen-nic3b1a.jpg
Tota Pulchra
http://www.unav.es/biblioteca/fondoantiguo/hufaexp07/imagenes/hufaexp07-01cg.jpg
La Virgen de la Inmaculada Concepción
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-inmaculada-concepcion/267c8f3f-7a57-4dd8-bd5a-5a0fd08cc07c
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