top of page

La mirada de Ulises de Theo Angelopoulos

  • Nayeli Torres Beltrán
  • 18 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

Thódoros Angelópoulos, fue un director y guionista griego. (27 de abril de 1935 - 24 de enero de 2012)


La mirada de Ulises es una película realmente reflexiva, cruda y con una historia de un ritmo muy lento y sincrónico, pero es la clave y la intención misma de la narración para entender las etapas del viaje de Ulises y de nuestro propio viaje como seres históricos. Es una película que debe ser obligatoria para todo alumno de historia, porque es el reflejo del oficio, las virtudes y los problemas de ser historiador.


En un pequeño resumen, la película trata de un cineasta griego que vive exiliado en los Estados Unidos y que regresa a su ciudad natal, para emprender un viaje revelador en busca de dos rollos filmados durante la primera Guerra Mundial, rodados por los hermanos Miltos y Yannakis Manakis,quienes en los comienzos del cine griego recorrieron los extensos Balcanes filmando todo sobre la cultura de dicha zona, sin preocuparse de sus diferencias nacionales, étnicas, costumbres y religiosas con el fin de guardar el testimonio de una región que se desvanecería terminándose la Primera Guerra Mundial. El personaje recorre desde Albania a Macedonia, de Bucarest a Constanza (Rumanía), a través del Danubio hasta Belgrado y por fin a la ciudad Sarajevo.


En su camino y tras las experiencias vividas nos narran la propia historia de Ulises (El personaje principal de la película), contando su propia historia familiar desde la primera Guerra Mundial hasta la guerra civil en Yugoslavia, desde el fanatismo religioso que se vivía en esa zona y la indiferencia de lo que le sucede al otro. Sin duda, la narración del filme se conecta mucho con la Odisea, la novela de Homero.

El hilo conductor de las dos tramas es Ulises, ya sea el Ulises de Theo Angelopoulos o el de Homero, su destino es encontrar o llegar a su Ítaca. Aunque la diferencia de uno y otro se distingue en un lugar territorial y el otro busca un fragmento de la historia, unos rollos que develan un pasado casi olvidado, que no se puede tocar y que no se tiene la certeza de que exista.


El personaje más completo en definitiva es Ulises, muy relacionado con el Ángel de la Historia de las tesis de Walter Benjamín. Tanto el Ángel como Ulises, miran hacia atrás por tres razones: la primera es una mirada epistemológica, donde a todos nos es inevitable retornar a nuestro pasado, para entender nuestro entorno y el contexto actual en el que vivimos. La segunda razón es ontológica; aquí el futuro no existe y vivimos con una gran incertidumbre de qué pasará. La película no es un acercamiento a un futuro superior o mejor del presente, sino un paraíso una quimera perdida sobre el tiempo que fue y el que será. Y el tercero es ver el pasado para entender y enfrentar al nacional-socialismo, ver un estado de excepción en contra el fascismo que refleja la situación de Yugoslavia. El tercer punto es expuesto en una de las últimas escenas, mostrando los fragmentos de una gran escultura de Vladímir Lenin, en donde se manifiesta el progreso como norma histórica inevitable y el triunfo del capitalismo.


El personaje de Ulises se mantiene pasivo-activo durante la narración de la historia, al igual que un historiador con sus fuentes, es un observador absorto de lo que sucede a su alrededor y que conecta sus recuerdos o hallazgos con la realidad que vive durante su viaje. Su memoria es el hilo conductor de fragmentos de su pasado y la causa de su exilio hacia los Estados Unidos. Es ahí donde se observa lo circular de las guerras, pues no le era ajena la realidad, esas heridas de guerras anteriores que aún no se cierran y no terminan nunca. (Guerra mundiales y civiles)


Ulises es el Ángel que no puede hacer nada, que observa y no puede ser partícipe de un cambio. Es él que ve la catástrofe única y las ruinas amontonadas por siglos. El director lo refleja con imágenes del viaje en un ambiente gris y frío, edificios destruidos, ciudades deshechas y un recuerdo latente de lo que fue en el pasado. Sin duda, el director muestra un periodo de silencio, un gran fragmento de la historia ignorado por Europa. Por ello, nuestro personaje principal trata de buscar una respuesta dentro de él, de escuchar las voces del pasado que le quitaron e intentaron ocultar esa otra mirada perdida que exige ser encontrada.


Los personajes de Ulises e Ivo Levy claves de la trama, toman el papel del historiador de salvaguardar la memoria de las culturas marginadas, exiliadas, refugiadas y dominadas. Durante toda la película, Ulises se encuentra con vacíos, ausencias, silencios y negativas que tienen su propia lógica e idioma, el pan de cada día de todo historiador.


Pero ¿Qué buscas Ulises? Es la pregunta frecuente que le hacen todos los personajes durante su odisea. Ulises busca algo y su fin es encontrarlo. La película es una alegoría a la Odisea de Homero, pero también un bello parecido al poema de “Ítaca “de C.P Cavafis. Al personaje de Ulises de Theo Angelopoulos, se dio cuenta de lo que buscaba no eran las bobinas, sino su propio fin develando a través de su viaje. Las bobinas no lo habían decepcionado, sino su insistencia de creer en una utopía que el mismo había creado. Ítaca no engaño a Ulises, lo convirtió en sabio y obtuvo muchas experiencias antes de llegar. Fue un viaje que comenzó desde niño, pero comprendió cuando ya era una persona adulta.


El objetivo de la película “La mirada de Ulises”, es expuesta de forma más clara en la última parte de la película. El director se refiere en la permanencia de la diversidad cultural en Yusgoslavia que tanto había buscado a pesar de la guerra y los enfrentamientos, el director la representa como la orquesta que todos escuchan, que saben que débil se encuentra, pero que aún existe, ninguna cultura muere en su totalidad.


La mirada de Ulises es una alegoría de lo que experimentamos los historiadores, no logramos ver las costumbres o la cultura viva, buscamos rastros en documentos que posiblemente nos den una mirada fragmentada o nula en nuestras investigaciones. Ulises se obsesionó con las bobinas y logró ver muy tarde la cultura viva que tanto buscaba en las bobinas. Se dio cuenta muy tarde cuando las personas más querida de su entorno ya no se encontraba con él. Su obsesión de rescatar ese posible fragmento de la historia ocasionó que perdiera la oportunidad de realizar una película documentando su viaje y mostrando la cultura que permanencia en Yugoslavia y que, por la ceguera de la guerra, no se lo permitió ver. por ello, la gran frase final de la manifiesta que él no será el único que busque esa mirada, que vendrán otros a buscarla a interpretarla y darle voz a los que han sido silenciados por la historia de los que se creen vencedores.



“Cuando regrese, lo haré con las ropas de otro, con el nombre de otro.

Nadie me esperará.

Si me dijeras que no soy yo, te daría pruebas y me creerías.

Te hablaría del limonero de tu jardín, de la ventana por donde entra la luz de la luna, y de las señales del cuerpo.

Señales de amor.

Y cuando subamos temblorosos a la habitación, entre abrazos y susurros de amor, te contaré mi viaje toda la noche y las noches venideras.

Entre abrazos; entre susurros de amor.

Toda la aventura humana.

La historia sin fin”.



“Cuando regrese, lo haré con las ropas de otro, con el nombre de otro. Nadie me esperará. Si me dijeras que no soy yo, te daría pruebas y me creerías. Te hablaría del limonero de tu jardín, de la ventana por donde entra la luz de la luna, y de las señales del cuerpo. Señales de amor. Y cuando subamos temblorosos a la habitación, entre abrazos, entre susurros de amor, te contaré mi viaje, toda la noche, y las noches venideras. Entre abrazos; entre susurros de amor. Toda la aventura humana. La historia sin fin”.


Entradas recientes

Ver todo

Comments


LA REGIÓN DE LA HSTORIA

BLOG DE INVESTIGACIÓN Y DIVULGACIÓN HISTÓRICA 

© 2016 blog la región de la historia. Proudly created with Wix.com

bottom of page